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Ahora definido por genetistas en forma muy apretada como “resultado de la interrelación entre medioambiente y el ADN” frase que nada aclara a la población en general, en especial a los habitantes de las zonas más contaminadas de nuestro país azotado por una combinación contraproducente de: arsénico en aguas de consumo, exposición a agroquímicos por uso en cultivos intensivos, alimentos contaminados, sedentarismo, tabaquismo, y otros hábitos distorsionados.

La traducción sería: las moléculas tóxicas de la contaminación ambiental -químicos y metales- no sólo causan enfermedades por ataque a los tejidos, sino que también lesionan al ADN y al resto del material genético hasta llegar a provocar el descontrol de la división de las células, y comienzan a hacerlo en forma anárquica para formar un tumor.

Pueden suceder dos eventos de pronóstico distinto: el organismo con su sistema inmunitario eficiente lo detecta como extraño y lo encapsula -tumor benigno-; o con un sistema inmunitario y terreno predisponente deficitario no lo hace y el tumor se nutre por destrucción de los tejidos vecinos y puede dar siembras en el resto del organismo -tumor maligno-.

Es decir: estudiar y desintoxicar a los pacientes, cuando aún no presenten síntomas de enfermedades, interesa porque previene las enfermedades degenerativas: arteroesclerosis y sus graves secuelas, demencias, Alzheimer, Parkinson, diabetes, y tumores.

Debe interesar a las personas a las que se les diagnosticó un tumor, antes que sea tratado, debido a que deben ser -en lo posible- preparadas antes de comenzar cualquier forma de tratamiento o cirugía, debido a que tienen condiciones orgánicas deterioradas, están en acidosis, tienen alteraciones severas en la flora intestinal, están en estado de estrés oxidativo, e inmunodeprimidos.

Todas estas condiciones se retroalimentan entre ellas en un verdadero círculo vicioso y son las responsables de los efectos indeseados a los tratamientos, a veces muy severos, llamados “intolerancias”, “efectos colaterales”, “infecciones intrahospitalarias”, o complicaciones después de cirugías, todos no buscados y confundidos con frecuencia como “mala praxis”.

También debe interesar a las que se les trató el cáncer con éxito, porquecontinúan en sus tejidos los productos que provocaron la lesión al ADN y material genético, y fueron responsables de la aparición del tumor.

Ellos deben ser estudiados, y en nuestra experiencia todos mostraron estudios compatibles con intoxicaciones crónicas de origen medioambiental. Fueron tratados en forma específica según resultados. De esa manera se saca, al que continúa siendo paciente biomolecular, de una situación de vulnerabilidad para repetir los tumores, o de producir con más facilidad las otras enfermedades degenerativas: arteroesclerosis, demencias, Alzheimer, Parkinson, y envejecimiento precoz.

Hasta hace algunos años era difícil que la población en general entendiera y aceptara la existencia de la contaminación ambiental, estando limitada en el imaginario popular a las consecuencias de la presencia de niños comiendo en basurales. Por fortuna, en la actualidad, los medios de comunicación emiten varios programas al día informando de las distintas formas de presencia de contaminantes ambientales en aire, tierra, y agua, que terminan en los alimentos, en las fórmulas de los productos de higiene personal, y en los artículos de limpieza del hogar.

En nuestra experiencia lo hemos comprobado con estudios especiales en todas las edades, en ambos sexos, y en todos los estratos socio económicos de la población, lo que demuestra que, si bien eran personas susceptibles, nadie está libre de ser víctima.


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